Urgencias de aprendizajes para la nueva normalidad

Una era se acabó, la realidad cambió sin avisar. Pensamos que, como muchas cosas, duraría poco, sin embargo, la naturaleza nos puso a prueba. Incluso en la consulta, el confinamiento rebasó y modificó los motivos de consulta; un paciente que estaba tratando por problemas de conducta en la escuela, ahora, con las clases a distancia, es un alumno ejemplar, pero se desataron otros problemas que antes no habían aparecido. En fin, sabemos que las circunstancias nos exigen un cambio radical en nuestra forma de vida y las dificultades son evidentes. Y una de las principales es la sensación de pérdida de "control". Vivimos pensando que podemos tener todo bajo control hasta que una pandemia, así casual, se nos atraviesa en nuestras vidas, dejamos de trabajar, de ir a la escuela, a fiestas, reuniones, (bueno, no todos) y mientras más pasa el tiempo, por más que añoremos que las cosas vuelvan a ser como antes, tendremos que aceptar que ya nada será igual que en nuestros recuerdos. Los humamos somos seres de hábitos, los necesitamos para enraizar nuestra vida, y quien ha ido a terapia sabe lo difícil que es cambiar un solo hábito que ya no le sirve a su vida, ahora imaginemos esto a nivel mundial. Aun así, siempre es posible volver a empezar y no me refiero a regresar a lo mismo sino a dar un nuevo comienzo a nuestras vidas. Nuestra infinita imaginación e inteligencia nos puede dar esa pauta y algunos de los aprendizajes urgentes para la nueva era son:

  • El valor de la incertidumbre. Y es que aunque necesitemos cierto nivel de seguridad siempre va a existir la otra parte, la que no podemos controlar, la que llega sin avisar. Muchas veces nos enfermamos de TOC precisamente por querer controlar todo; las personas, las situaciones, la naturaleza misma. Sin embargo, todo en este mundo es finito y sujeto a lo incierto, nunca sabremos a ciencia cierta cuando se acabará aquello que disfrutamos y lo que no disfrutamos tanto. Esto es algo así como lo que dice Kowalski de Los Pingüinos de Madagascar "anticiparse a lo inesperado".
  • Aceptar los cambios. Parecido al punto anterior. Hay cambios que podemos hacer por nuestra cuenta y de manera consciente, pero incluso esos son mínimos, a diario nos enfrentamos sin darnos cuenta a cambios que rebasan nuestra capacidad de decidir, aquellos a los que llamamos circunstancias, la mayoría de las veces simplemente tenemos que aceptar que una página de nuestra vida ha acabado y ha comenzado otra. Los cambios, a menudo provocan miedo, sin embargo son necesarios para la evolución natural de cualquier persona.
  • El valor de la confianza. Aunque este es un tema que vale la pena tratar más a profundidad, podemos decir que la confianza no es sinónimo de seguridad, la confianza existe precisamente porque no tenemos la seguridad para comprobar algo al 100%. En estos tiempos de pandemia es fácil caer en conflictos con las personas con las que estamos encerrados, es fácil creer en conspiraciones y demás. Y hay veces que poco podemos hacer para que las cosas cambien, esta es una de esas cosas ¿Han escuchado la frase "solo nos queda confiar"?
  • La paciencia es una virtud. Vivimos en una época de fugacidad, todo lo queremos rápido y al momento, la vida se nos escapa en un like, sin duda tenemos que aprender a esperar porque, aunque parezca difícil de creer, hay cosas que se arreglan esperando, aprendamos que todo en esta vida acaba, tarde o temprano, las cosas malas y las buenas también. Y para no alargarme tanto, dejo implícito aquí también el valor de la finitud.
  • El respeto a la vida, aunque parece obvio, en realidad hay muy poca educación sobre este tema, y justo hoy en día nos podemos dar cuenta de este problema ¿recuerdan El Señor de los Anillos, cuando los enanos excavaron tan profundo, movidos por su ambición, en las minas de el Reino de Moria? Despertaron un balrog, una entidad destructiva que los orillo a abandonar la mina. Nosotros quisimos manipular tanto a la naturaleza que terminamos siendo expulsados de nuestras propias ciudades y replegados hacia nuestras moradas, esperando a que todo esto acabe. Incluso pareciera que sacó lo peor de nosotros con la evidente intolerancia,el clasismo, el fascismo y demás aberraciones "humanas" que tienen poco que ver con el respeto a la vida. Esperemos que a partir de esta pandemia aprendamos a respetar mejor la vida ajena.

Estos son algunos de los aprendizajes que, de acuerdo en mis últimas experiencias en la terapia y en la visión que tengo de la pandemia, considero de suma importancia para la llamada "nueva normalidad"..

Valoremos lo que tenemos, sin remordimientos y estemos en paz con la vida, sin deberle nada y sin que nos deba nada.

Psicólogo: Francisco Javier Valencia Martín
Citas al: 5516510245

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